8.28.2006

Hechizo

Una reforma tributaria contra los pobres y contra la cultura sería un despropósito en cualquier país serio, comandado por gente seria. Pero Uribia no es un país serio, y su comandante es un encantador de serpientes que aprendió a mandar en la finca, rodeado de peones y de caballos. Y que, me atrevo a decir, no creo que lea mucho.

Por eso no le importa ponerles IVA a los libros ni al cine, ni acabar con la ley de cine que acaba de pasar su gobierno. Seguro a su esposa Lina, que lee y que va a cine sola, algo le dirá al capataz. Pero tal vez no alcance para hacerlo cambiar de opinión, o tal vez ni siquiera le diga: ella tiene fama de ser mucho mejor que él, pero algún karma estará pagando si ese es el esposo que tiene.

Bueno, no más chismes.

Uribe es un gran capataz y Carrasquilla un gran economista, un tipo inteligente según gente que lo conoce. Y la idea de devolverles a los más pobres sus pagos de impuestos tendría sentido en un país donde el Estado sabe quiénes y cuántos son sus pobres y sus ricos, y cuánto tiene cada uno. Pero en Uribia no se sabe ni cuántos son los jefes paramilitares que hay que indultar, ni cuántas las hectáreas de tierra que han robado, ni las cabezas de ganado que tienen, ni cuántos los secuestrados que tienen todavía los guerrilleros, ni cuántos los millones de pesos que 'la gata' metió a la campaña.

Mucho menos, se saben una cantidad de cifras importantes para poder encontrar a unos pobres que este país desechó hace tiempo y que este gobierno está terminando de enterrar. (Alguien se acuerda que este fue el gobierno que acabó con las horas extra?)

Así que justificar más impuestos con la idea de que se les van a devolver a los más pobres es una mentira descarada. De encantador de serpientes.


No comments: