6.25.2005

La poesía como resistencia

"Todo conspira para no escribir. Está el rechazo, la dificultad para que te publiquen, la falta de recursos, pero después llegan los premios y con eso llegan los medios... y ya no queda tiempo para escribir".
Esa es parte de la contradicción de la literatura que define José Emilio Pacheco, el ganador del primer Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
"Cuando me dijeron que me lo había ganado quedé muy sorprendido -asegura-, porque ni siquiera sabía que estaba 'nominado', como dirían los gringos. Yo creí que se lo iban a dar a Gonzalo Rojas y a Nicanor Parra, por ser herederos de la obra de Neruda".
Dice que no habla de lo que está trabajando "porque eso seguro no sale". Pero "lo que sí puedo decir, porque ya está terminado y listo, es que mi próximo trabajo incluye traducciones de poemas griegos y de haikús japoneses. Y también está lista una traducción de cuatro cuartetos de T.S. Elliot".
Empieza una tradición muy importante al recibir el primer Premio Neruda. ¿Qué significa esto para usted?
Es un honor y una alegría, pero ante todo es la responsabilidad de darle credibilidad al premio y que se mantenga. Antes me han dado premios que no se mantienen, y eso es una lástima.
¿Qué importancia tiene la poesía en el panorama literario actual?
En cuanto a lo comercial, la poesía no tiene 'rating', otra vez como dirían en Estados Unidos. Pero la lee más gente de la que uno cree. Fíjate que los libros de poesía tienen una circulación diferente, por fuera de lo comercial, pero esa es también una especie de tradición de la literatura poética. Los grandes libros que influenciaron a generaciones enteras tuvieron tirajes tan pequeños como de 500 ejemplares.
¿Y la importancia en la vida?
El mundo ahora tiende a exaltar la educación para la guerra. Ser soldado es lo más alto, lo más masculino. La poesía es una forma de resistencia contra esa barbarie. Hay que escribir a pesar de todo. Pero a pesar de eso, hay cierto desprecio hacia la poesía. Si yo llego al lobby de este hotel (donde se quedó en Bogotá) y pongo en el registro que soy poeta, me dicen que este no es mi lugar.
¿Qué es lo más difícil del oficio de escritor?
Tu no oyes a un neurocirujano decir 'tengo que trabajar de camarero para poder hacer cirugías por la tarde'. A los escritores sí nos pasa eso, nos toca autofinanciarnos la profesión. Pero está el peligro, con estos premios, de que los jóvenes crean que uno escribe para que lo condecoren. Hay que escribir por escribir.

No comments: